Cronología de su vida
José Mujica nació el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Uruguay. A finales de la década de 1960 se integró al Movimiento de Liberación Nacional–Tupamaros, organización guerrillera de inspiración guevarista, participando en asaltos bancarios y acciones urbanas que lo llevaron a ser detenido en 1972 y pasar casi 15 años preso, gran parte en régimen de aislamiento.
Tras el retorno de la democracia en 1985, Mujica inició su carrera política formal: fue electo diputado en 1994 y senador en 2000 por el Frente Amplio. En 2005 asumió como ministro de Ganadería bajo la presidencia de Tabaré Vázquez y, en 2010, triunfó en las elecciones presidenciales, cargo que ocupó hasta 2015. Durante su mandato, impulsó reformas pioneras en América Latina: legalización del matrimonio igualitario, del aborto en primeras etapas y del autocultivo de cannabis.
Mujica rechazó el uso del Palacio Estévez y vivió con su esposa, la senadora Lucía Topolansky, en una chacra donde cultivaba flores y criaba animales. Conducía un Volkswagen Beetle de 1987 cuyo valor declaraba como toda su fortuna anual y donaba casi el 90 % de su salario presidencial a programas sociales. Su vestimenta informal, su bicicleta de 60 años y su hogar austero contrastaban con el lujo habitual de la política, convirtiéndolo en un referente de autenticidad y coherencia.
El cariño de sus adeptosTanto en Uruguay como en el extranjero, Mujica fue admirado por su sencillez y compromiso social. En redes y plazas, miles guardaron largas filas para rendirle homenaje al conocer la noticia de su partida. Líderes regionales coincidieron en resaltar su humanidad: Evo Morales lo recordó como “un hermano y maestro de la integración” mientras Pedro Sánchez, presidente de España, destacó que “la política cobra sentido cuando se vive desde el corazón”. Gustavo Petro lo definió como “un revolucionario de la esperanza”, agradeciendo su legado de justicia social.
Su prédica contra el rencor y el odioTras décadas de lucha armada y años en prisión, Mujica promovió siempre el perdón y la reconciliación. En su discurso de asunción en 2010 afirmó que “la mejor política es la de reconstruir puentes, no trincheras”. Rechazó el sectarismo y el resentimiento político, llamando a “dar vuelta la página” y construir juntos un país más justo y solidario. Su estilo dialogante se reflejó en la implementación de políticas inclusivas que atendieron a minorías y revitalizaron el tejido social uruguayo.
Cobertura mediática internacionalLa noticia de su muerte fue divulgada con prontitud por agencias como Reuters, que resaltó su estatura moral y sus reformas progresistas por The Associated Press, que recordó su coraje al enfrentar la enfermedad y su huella global y por la BBC, que lo calificó de “el presidente más pobre” y uno de los personajes políticos más carismáticos de su tiempo. France 24 destacó su impacto en la izquierda latinoamericana, mientras EFE y La Jornada recogieron las condolencias oficiales y populares en Montevideo.
LegadoJosé Mujica deja un legado de autenticidad, pragmatismo y esperanza. Transformó la percepción de la política como servicio público, inspiró a líderes y ciudadanos en todo el mundo a priorizar la modestia y la solidaridad, y demostró que las reformas radicales pueden nacer del diálogo y la humildad. Su figura seguirá vigente en la conciencia colectiva como símbolo de que “cuidarse es cuidar al otro” y de que la verdadera riqueza reside en la dignidad compartida.